jueves, 15 de febrero de 2007

Liberate Sexualmente


La sexualidad no consiste en una serie de técnicas, posturas o modelos destinados a conseguir el orgasmo, sino en descubrir y desplegar toda la sensualidad del cuerpo femenino. Para lograrlo hay que evitar una serie de actitudes, que son muy habituales pero también contraproducentes.

1. Evita etiquetarte y haz lo que sientas. Es el momento de individualizarte emocionalmente, de elegir lo que quieras en la cama. Habrá momentos para tener sólo sexo y otros sólo para el amor, o para amor y sexo, sin que por ello se te etiquete como "liberada" u "obsoleta".

2. Olvida tu miedo a la imagen. Cuidado con asimilar erotismo a cuerpo, a ropas, a formas exuberantes. El erotismo trasciende el cuerpo y va más allá, encaja en lo sensual y aborda más de un sentido aparte de la vista. No necesitas grandes pechos, sino sentirte erótica con lo que tienes.

3. No intentes "ser otra" en la cama. Reflexiona acerca de lo que quieres y lo que no quieres, de lo que te excita y lo que no te excita, y basándote en ese conocimiento actúa. Somos distintos sexualmente, y lo que funciona para una no siempre le resulta a otra.

4. Deja de lado todo tipo de imposición. Recuerda que el amor requiere libertad y compenetración. Hay que ser libre para amar y dejar que el otro lo sea. No se puede imponer el amor, no funciona atar a la pareja a nuestro lado chantajeándola o arrebatarle el derecho a ser como le gusta ser.

5. Abandona la rigidez en tu asiduidad sexual. La frecuencia es un asunto que deben pactar las parejas, sin que tengan que ajustarse a las estadísticas, mas bien a las necesidades de ambos. En las prácticas sexuales, lo que para unos es vicio, para otros es lo normal, ya que cada uno tiene una cadencia.

miércoles, 14 de febrero de 2007

San valentin


Quizás penseis que el día de San Valentín se celebra desde hace poco tiempo y que ha surgido por interés de los grandes centros comerciales, y aunque hay que decir que éstos últimos han influido en gran medida en su implantación la realidad es que esta fiesta se remonta a la época del Imperio Romano. ¿Quereis saber más? pues ahí va la historia.

En la antigüedad, la mortalidad infantil era bastante elevada de modo que era importante tener muchos hijos. Por lo tanto, las personas que, por cualquier razón, tenían pocos hijos o ninguno se consideraban a sí mismas como malditas o bajo alguna maldición y se sometían a ritos religiosos o místicos para asegurarse la fertilidad. Los romanos tenían un lugar sagrado donde (según la leyenda) la loba había amamantado a Rómulo y Remo, el prímero de los cuales fundó Roma. Ese lugar era llamado el Lupercal, de la palabra latina lupus, que significa 'lobo'.
En ese lugar, todos los 15 de Febrero tenía lugar una celebración llamada Lupercalia, durante la cual se sacrificaban animales (eran muy típicos los sacrificios, de cualquier cosa). Se preparaban correas con tiras ensangrentadas de la piel del animal (puajj) y los sacerdotes corrían entre la multitud golpeandola con esas correas. Se creía que los que recibían golpes se curaban de la estirilidad. Naturalmente, la gente que quería hijos concurría en masa a la celebración y luego iban corriendo a casa a 'trajinar' para tener el hijo. En consecuencia, las festividades lupercalianas estaban asociadas con el amor y el sexo.
En el año 494, el papa Gelasio prohibió esta celebración pagana, pero las prohibiciones nunca salen como uno quiere, y el festival continuó bajo otro nombre. Así que el festival lupercaliano del 15 de Febrero pasó al 14 de Febrero, día de San Valentín (seguramente porque éste era un santo muy popular). Más tarde se crearon leyendas para explicar que San Valentín era protector de los enamorados, una manera de esconder el rito antiguo de la fertilidad.
Y ha llegado hasta nuestros días... aunque ahora no nos dedicamos a que nos azoten con tiras de animales ensangrentadas, estamos en la época del consumismo y es más rentable para las grandes empresas que gastemos el dinero en felicitaciones, pulseras, anillos o cualquier otro objeto :)

martes, 13 de febrero de 2007

Martes 13, ni te cases ni en embarques


Si el número 13 por sí solo es considera de mal agüero es aún más fatídico si conincide en el calendario con el martes, según la tradición americana, o con el viernes en el equivalente anglosajón.
El origen de la maldad atribuida al martes se debe a su asociación con el dio Marte, dios de la guerra que implica la muerte. La consideración del martes como día fatídico ha dado origen a varios refranes:
El martes, ni te casas ni en embarques.
El martes ni gallina eches, ni hija cases.
El martes ni hijo cases, ni cochino mates.
En martes ni tela urdas,m ni hija casas, ni las lleves a confesar porque no dirán la verdad.
El martes ni tu casa mudes, ni tu hija cases, ni tu ropa tajes.
Al parecer cortarse las uñas en el aciago martes saldrán padrastros.
Los hijos nacidos en martes serán desgraciados, tendrán una vida corta y su ideal será la guerra.
La tradición anglosajona considera el viernes como día de mal fario por ser el día en que Cristo fue crucificado. La unión del viernes y el trece se ha popularizado en america como consecuencia de la serie de películas "Viernes 13" ("Friday the 13th").
En la tradición anglosajona del viernes, correspondiente a nuestro martes, da mala suerte cortarse las uñas y el pelo durante ese día.
Asi que ni vivan en un piso 13 y menos se casen este dia

lunes, 12 de febrero de 2007

Los 50 errores de los hombres en la cama


Las 50 cosas que no debes hacer:
1- Saltarte los prolegómenos: ir directo al grano puede incomodar.
2- Besarla con brusquedad y sin sensibilidad: la pasión está bien, pero con calma.
3- Ser demasiado bruto al tocar las zonas erógenas: el clítoris es mucho más complejo que el pene.
4- Obviar las caricias: el segundo mayor órgano sexual de la mujer, sólo por detrás de la mente, es su piel.
5- Engancharse a sus pezones como un bebé: es divertido, pero antes hay que allanar el camino jugando con la areola y el resto del seno.
6- Morderle el lóbulo de la oreja: crees que es sexy, pero puede que ella no piense lo mismo. Duele.
7- El típico chupetón en el cuello: no recomendado para mayores de 16 años.
8- Hacerlo sin afeitarte: quizá te sientas atractivo, pero pinchas.
9- No lavarte antes del sexo: no hay que ser extremista, pero la higiene es fundamental.
10- Olvidar que su cuerpo espera ser tocado: que no falten las caricias. Saldrás ganando.
11- Intentar meter tus dedos bajo su ropa interior antes de que esté preparada: no seas tan ansioso, es muy incómodo para ella.
12- Tirar el condón al suelo: qué poco glamour. Su sitio es un clínex y luego la basura.
13- El clítoris como primera opción: no es bueno despreciar los alrededores.
14- Parar justo cuando ella no quiere que pares: lo estás haciendo bien. ¡Está disfrutando!.
15- Ser torpe al desnudarla: concéntrate, quítate de la cabeza arrancar nada y no dejes de besarla.
16- Quitarte la ropa de forma ridícula: recuerda que delante de tí hay otra persona. De lo cómico a lo patético hay una línea muy fina.
17- Esperar que se depile para ti: aunque te guste mucho, es cosa suya... y luego pica mucho.
18- Meterle un dedo en la vagina antes de que esté preparada: de impaciente profesional. Espera el momento correcto.
19- Lanzarse sin preguntar: no es cuestión de despreciar la sorpresa, pero hay que saber leer sus ojos.
20- Intentar reiteradamente y sin éxito penetrarla en la oscuridad: ella puede ayudarte, no seas vergonzoso.
21- Esperar que ella quiera hacer 'el perrito': darte la espalda mientras hacéis el amor puede hacerla sentir como un objeto sexual.
22- Empujar demasiado fuerte: empieza con suavidad y la compenetración entre los dos dirá cómo seguís.
23- Eyacular demasiado pronto: ella debe terminar primero. Aún así, no hay muchos hombres que puedan durar lo suficiente para satisfacer a una mujer que disfruta de sus estímulos vaginales y del punto G.
24- Eyacular o perder la erección al ponerse el preservativo: El primero es raro. El segundo, cuestión de práctica.
25- No hacerle caso después: pregúntale si le ha gustado.
26- No darle sexo oral cuando lo pide: no seas vago, es muy placentero para ella. Si no te gusta el olor o el sabor podéis ducharos juntos antes.
27-Intentar coaccionarla para que te haga sexo oral: es muy desagradable. Respétala.
28- Intentar forzar su cabeza mientras lo hace: no te pases. Como mucho, sujeta su pelo.
29- Sujetar su cabeza tampoco vale: no es tan bestia como el anterior, pero puedes agobiarla.
30- Eyacular en su boca sin preguntar: tu semen no es un manjar.
31- Pensar que el porno es verdad: la realidad es muy distinta.
32- Poner una película porno sin preguntar: muchas cintas dan una imagen sumisa de la mujer.
33- Pedir perdón por el tamaño de tu pene: ellas valoran más la sensibilidad a la hora de disfrutar.
34- Responder honestamente cuando te pregunta cómo era tu última amante: ella tiene que ser la mejor. Siempre.
35- Preguntarle si quiere hacer un trío con otra chica: creerá que necesitas más. Que lo proponga ella.
36- Dejar que ella haga todo el trabajo: pon de tu parte y muévete un poco.
37- Intentar penetrar por detrás 'sin querer': el sexo anal llevo su tiempo y hay que hablarlo mucho. Tus excusas no servirán; el 'no me he dado cuenta' no se lo creería nadie.
38- Fotografiar o filmar vuestras relaciones: es peligroso porque das cierto poder a la persona que tiene las imágenes. Hay que estar muy seguros.
39- Caer en la rutina sexual: échale imaginación.
40- Perder el romance: el amor tiene que estar ahí.
41- Darle cachetes en el trasero sin saber si quiere: puedes acabar con una patada en tus partes.
42- Intentar copiar: hacerlo tal y como lo hacen en algún libro o película es poco original y no suele salir bien.
43- Jugar con su ano antes de que esté suficientemente excitada: mientras estimulas su clítoris y tienes un dedo en su vagina puedes pensar que alomejor le gusta que le toques ahí, pero puedes cortarle el rollo.
44- Gritarle al oído mientras eyaculas: prueba otro método y no des la nota.
45- Decir guarradas si no sabes si le gusta: un poco de lenguaje picante puede ayudar, pero consentido.
46- Tumbarte sobre ella: no la aplastes.
47- Eyacular sobre ella sin pedir permiso: es muy excitante, pero es mejor preguntar primero.
48- Eyacular sin control: si quieres ser un buen amante tienes que hacer un esfuerzo.
49- No abrazarla después del sexo: haz que se sienta especial.
50- No limpiar después del sexo: todos lo que haya quedado sucio o revuelto debe volver a su estado de origen.

Los 50 errores de ellas en la cama


50 cosas que una mujer no debe hacer con un hombre, según ellos:
1- Hacerse de rogar: el sexo "no es un favor" para ellos.
2- Tumbarse y esperar que el hombre lo haga todo: algunos lo llaman "ponerse en modo pasivo" o "síndrome del examinador de autoescuela". Esto es cosa de dos.
3- La falta de iniciativa: es lo que más les molesta.
4- Hacerse una coleta ante de practicarle sexo oral: puedes cortarle el rollo.
5- Hacer daño con los dientes durante una felación: quizá no quiera volver a practicarlo.
6- No utilizar las manos durante la felación: le gusta sentir que juegas con 'su cosita'.
7- Planificar cuándo y cómo hacerlo: darle fecha y hora le agobia. Déjate llevar y que surja el momento. No hay que tenerlo todo bajo control.
8- Decirle que apague la luz: hacerlo con la luz encendida no es pornográfico.
9- Fingir los orgasmos: las exageraciones se notan.
10- Meterle el dedo en el ano mientras eyacula: ¡Ni se te ocurra hacerlo sin preguntar! Seguramente no sepa interpretarlo, para él es terreno vedado.
11- Poner pegas con el sexo oral: él nunca lo haría.
12- No innovar: si no te abres a probar cosas nuevas se acabará cansando.
13- Los complejos: el "me siento fea" no les deja concentrarse. Si se acuesta contigo es porque le gustas.
14- Hacer comentarios que no vienen a cuento durante el coito: estar atenta a otras cosas como echar el pestillo de la puerta "denota falta de interés".
15- El pudor: él no sabe lo que es eso. Suéltate un poco más.
16- Pensar que ciertas cosas sólo las hacen las prostitutas: no te reprimas. Si te apetece, todo vale.
17- Querer que te abrace demasiado: con un poco de cariño postcoital es suficiente.
18- Negarse, por decreto, a practicar el sexo anal: están hartos de que sea un mito y se les considere "enfermos" por proponerlo.
19- Calentarle para, al final, no hacer nada: si no te apetece es mejor que no empieces. No le dejes con la miel en los labios.
20- Preguntar si 'está dentro': sin comentarios. Su autoestima dejará de existir.
21- Agarrarle con fuerza la cabeza mientras te hace sexo oral: a ti tampoco te gusta. Le ahogas.
22- No tocarle: a él también le gustan las caricias.
23- Coger su pene con demasiada energía: no es una zambomba.
24- El 'hoy me duele la cabeza': un clásico. Cambia de excusa.
25- 'Jugar' con sus testículos sin delicadeza: no son de goma.
26- Quedarse dormida antes o durante el acto: la primera puede molestarle, pero con la segunda se va de casa.
27- No hacer "un esfuerzo" si terminas antes: tú lo tienes más fácil que él.
28- Ponerse a recoger todo nada más acabar: podéis hacerlo después.
29- Poner una toalla en el sofá para no manchar: si lo haces se sentirá cohibido.
30- No meterle mano: le gusta ver tu cara más atrevida. Lánzate.
31- No decirle cosas bonitas: dicen que "los piropos no se inventaron sólo para las mujeres" y que ellos también tienen "su corazoncito".
32- Creer y decir que todos los hombres son iguales: evita las generalizaciones. No le puedes decir a tu pareja que es como los demás.
33- Pensar que siempre tiene ganas: él no es una máquina sexual. A veces no le apetece.
34- No quitarse los calcetines: vale que el invierno es frío, pero es poco sexy.
35- Los 'pedos' vaginales: eso es inevitable.
36- Castigar sin sexo: no lo utilices como arma arrojadiza o moneda de cambio en la pareja.
37- Comparar el tamaño de su pene con el de tus antiguas parejas: no lo hagas, aunque te lo pregunte.
38- No estar depilada: no quiere que te rasures para él, pero sí la marca del bikini como mínimo.
39- Irse un momento a hacer pis en mitad del acto: esto es como cuando te vas de viaje, hay que hacerlo antes.
40- Quitarse el maquillaje "durante un buen rato" antes de hacerlo: conseguirás que pierda el interés o que se duerma.
41- Tener cosquillas por todas partes: al principio tiene gracia, pero luego desespera.
42- No usar lencería nueva: sobretodo si te la regala él. Un conjunto explosivo le dejará sin palabras. Olvídate de las bragas de dibujos animados.
43- No ponerle nunca el preservativo: ya se siente perjudicado respecto a ti por tener que ponérselo. Que no se sienta sólo en eso.
44- No comprar preservativos: él se los pone, pero os sirven a los dos.
45- Dar por supuesto que los pezones del hombre no sirven para nada: que no llamen la atención no quiere decir que sean de adorno.
46- No dejarle que te mire: él se excita viendo cómo disfrutas.
47- No decir lo que te gusta en la cama: pídele lo que te apetezca, no seas vergonzosa. Pónselo más fácil y saldrás ganando.
48-Poner mala cara o quedarse en silencio cuando eyacula demasiado rápido: peor se siente él. Ten paciencia, la emoción a veces juega malas pasadas.
49- Querer hablar por hablar después: si no es importante, déjalo.
50- Preguntarle qué ha sentido: ya lo sabes

La mujer


La mujer salio de la costilla del hombre!!, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior. Sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida, y al lado del corazon para ser amada...

Declaración universal de los derechos sexuales


La sexualidad es una parte integral de la personalidad de todo ser humano. Su desarrollo pleno depende de la satisfacción de las necesidades humanas básicas como el deseo de contacto, intimidad, expresión emocional, placer, ternura y amor.La sexualidad es construida a través de la interacción entre el individuo y las estructuras sociales. El desarrollo pleno de la sexualidad es esencial para el bienestar individual, interpersonal y social.Los derechos sexuales son derechos humanos universales basados en la libertad inherente, dignidad e igualdad para todos los seres humanos. Dado que la salud es un derecho humano fundamental, la salud sexual debe ser un derecho humano básico.Para asegurarnos que los seres humanos de las sociedades desarrollen una sexualidad saludable, los derechos sexuales siguientes deben ser reconocidos, promovidos, respetados y defendidos por todas las sociedades de todas las maneras. La salud sexual es el resultado de un ambiente que reconoce, respeta y ejerce estos derechos sexuales:1- El Derecho a la Libertad Sexual: La libertad sexual abarca la posibilidad de los individuos de expresar su potencial sexual. Sin embargo, esto excluye todas las formas de coerción sexual, explotación y abuso en cualquier tiempo y situaciones de la vida.2- El Derecho a la Autonomía Sexual, Integridad Sexual y Seguridad del Cuerpo Sexual: Este Derecho involucra la habilidad de tomar decisiones autónomas sobre la vida sexual de uno dentro de un contexto de la propia ética personal y social. También incluye el control y el placer de nuestros cuerpos libres de tortura, mutilación y violencia de cualquier tipo.3- El Derecho a la Privacidad Sexual: Este involucra el derecho a tomar decisiones individuales y conductas sobre la intimidad siempre que ellas no interfieran en los derechos sexuales de otros.4- El Derecho a la Equidad Sexual: Este derecho se refiere a la oposición a todas las formas de discriminación, independientemente del sexo, género, orientación sexual, edad, raza, clase social, religión o invalidez física o emocional.5- El Derecho al Placer Sexual: El placer sexual incluyendo el autoerotismo, es una fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual.6- El Derecho a la Expresión Sexual Emocional: La expresión sexual es más que el placer erótico en los actos sexuales. Cada individuo tiene derecho a expresar su sexualidad a través de la comunicación, el contacto, la expresión emocional y el amor.7- El Derecho a la Libre Asociación Sexual: Significa la posibilidad de casarse o no, de divorciarse y de establecer otros tipos de asociaciones sexuales.8- El Derecho a Hacer Opciones Reproductivas, Libres y Responsables: Esto abarca el Derecho para decidir sobre tener niños o no, el número y el tiempo entre cada uno, y el derecho al acceso a los métodos de regulación de la fertilidad.9- El Derecho a Información Basada en el Conocimiento Científico: La información sexual debe ser generada a través de un proceso científico y ético y difundido en formas apropiadas en todos los niveles sociales.10- El Derecho a la Educación Sexual Comprensiva: Este es un proceso que dura toda la vida, desde el nacimiento y debería involucrar a todas las instituciones sociales.11- El Derecho al Cuidado de la Salud Sexual: El cuidado de la salud sexual debe estar disponible para la prevención y el tratamiento de todos los problemas, preocupaciones y desórdenes sexuales.
LOS DERECHOS SEXUALES SON DERECHOS HUMANOS FUNDAMENTALES Y UNIVERSALES
.-Declaración aprobada por la Asamblea General de la Asociación Mundial de Sexología, WAS, el 26 de agosto de 1999, en el 14º Congreso Mundial de Sexología, Hong Kong.

Hasta donde debemos practicar las verdades


Hasta donde debemos practicar las verdades
Sobre este tema tan delicado aparecen muchas interrogantes sobre los limites de la verdad, si un soldado va a la guerra y en media batalla sufrió un ataque de pánico y abandono a sus compañeros y murió en su huida como cobarde, es correcto decirle a sus padres que murió como un cobarde o que murió por su país como un héroe, decidan ustedes porque yo no puedo decidir. La verdad se debe practicar para hacer el bien o por lo menos tratar de hacer el menor mal posible

El elefante

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales.
También a mi como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.
Durante la función, la enorme bestia hacia despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal ... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: * ¿Qué lo mantiene entonces?. ¿Por qué no huye? Cuando tenia cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -Si está amaestrado... ¿Por qué lo encadenan?.
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mi alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: "El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño " . Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque CREE QUE NO PUEDE. El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... Jamás ... intentó poner a prueba su fuerza otra vez .
Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo, atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos" simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos.
Grabamos en nuestro recuerdo: No puedo... No puedo y nunca podré.
Crecimos portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar. La única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento TODO TU CORAZON.